domingo, 20 de junio de 2010

TAMBOR DE BOTIJA
Historia de instrumento de percusión de
 afrodescendientes en la costa peruana

Por: Luis Rocca

Los afrodescendientes percutieron con sus manos el tambor de botija de barro en seis localidades de la costa peruana, hasta las primeras décadas del siglo XX. Está documentado que dicho bien cultural fue utilizado musicalmente en Pisco, Chincha, Cañete, Lima, Chancay y Zaña. El Museo Afroperuano ubicado en Zaña ha logrado reconstruir en junio del 2010 el mencionado instrumento a partir de los estudios realizados por diversos especialistas y relatos orales recogidos. Es probable que en otros lugares del país puedan descubrirse otros testimonios sobre el mencionado tambor.
Por el grado de expansión del tambor de botija a partir del siglo XVIII y por la simultaneidad de su uso a fines del XIX y comienzos del XX, podemos sostener que fue un elemento cultural común de los afrodescendientes en la costa peruana. La creatividad de nuestros antepasados se expresa en la utilización de elementos y materiales que encontraban en su entorno en la vida cotidiana para darle un sentido artístico. Consideramos que el conocimiento y uso de los instrumentos musicales de los afroperuanos permiten afirmar su identidad y son elementos de unificación.

Registros sobre el tambor de botija
A continuación presentamos de manera sintética los diversos aportes en torno a la confección y usos artísticos del tambor de botija:
Fernando Romero, en su articulo “Instrumentos Musicales en la Costa Zamba”, publicado en 1939 precisó que un afrodescendiente llamado “Manongo” Avilés natural de Pisco (al sur de Lima) le informó “de un tambor hecho aprovechando unas botijas grandes con hueco debajo, el cual era tocado por un hombre montado a horcajadas en el cuello de ésta. He confirmado el dato en las tantas veces citado artículo del ‘Mercurio Peruano’. Esto parece una variedad peruana, pues no he leído que exista nada semejante en el resto de Hispanoamérica"(1). Luego indica que el señor Avilés tenía aproximadamente 70 años de edad cuando fue entrevistado. A partir del dato que el artículo fue publicado en 1939, calculamos que el informante habría nacido aproximadamente en la década del 70 del siglo XIX. 
Por su parte Nicomedes Santa Cruz recogió el siguiente testimonio de afrodescendientes de Chancay: “…se usaban dos vasijas de barro cocido con el fondo roto, las bocas cubiertas con cuero del estómago de un burro como parche. La vasija más grande se conocía como “llamador” y la otra “replicador” (2), que adornaba el ritmo de la primera.
Para lograr la tensión necesaria para afinar se ponían un pequeño brasero con corontas o bosta y el calor se aplicaba a través del lado abierto de la vasija, mientras el tocador probaba los cueros hasta que llegaban al tono deseado: profundo para el llamador y más agudo para el replicador. Estos tambores de cerámica se tocaban directamente con las manos sobre los cueros”(3)
William Tompkins, en su tesis “Las tradiciones musicales de los negros de la costa del Perú”(4) , indica que “consistía en una gran botija cónica de barro cuya boca se cubría con piel estirada que era afinada hasta conseguir la tensión deseada al calentar el interior de la vasija con brasas. Este instrumento se usó también en la cofradía de los negros bozales a fines del XVIII…”. Luego indica que: “Hasta las primeras décadas del siglo XX, este tambor de botija de barro podía hallarse en muchos lugares del Perú. Los negros de mayor edad del distrito de El Carmen en Ica nos informaron que este tambor fue usado en la hacienda San José hasta 1925 para acompañar diversos géneros de música negra, incluido el festejo. El que tocaba se sentaba al borde del instrumento”… “El tambor de San José medía aproximadamente 80 cm de largo y 40 cm de diámetro en la boca, la cual estaba cubierta con piel de cabrito muy tensada y atada con cuerdas. El poderío de este tambor era tal que podía ser escuchado a kilómetros de distancia”.
Por su parte Chalena Vásquez en su trabajo de campo hizo una entrevista al profesor Sánchez de San Luis de Cañete en 1978, quien le informó sobre el tambor de botija; “el músico se sentaba a horcajadas –a caballo- sobre la tinaja para percutir”(5) . También Chalena en uno de sus artículos sobre los instrumentos musicales afroperuanos informa sobre el tambor de botija.  
El autor del presente artículo, anteriormente en el libro “La Otra Historia”(6) publicó un testimonio de doña Rosa Campaña en Zaña. Ella dijo: “Antes bailaban el tondero, pero dicen que antes tenían una botija. Eran botijas grandes y les templaban cueros. Con esa música bailaban las señoras antiguas. Sabían bailar el tondero. La botija era antes como tambor…”
Por su parte el viejo artista zañero Juan Leyva nos dijo en la década del 70 del siglo pasado un refrán:
“Chivo que rompe tambor
con su propio cuero lo paga”
Agregó que es una indicación al percusionista para que toque más despacio, porque si lo hace muy fuerte se puede romper el cuero y entonces tiene que pagarlo con su propio dinero. Agregó que del chivo se hacía el tambor en Zaña. El mencionado refrán también lo hemos escuchado en otros países.

Uso inicial de las botijas
Según los testimonios recientes recogidos en Zaña, las mencionadas botijas servían para guardar y transportar vino o pisco.
La señora Concepción Suárez Romero (7) de 84 años, quien en su corral tenía tres tinajas de barro cocido, (una entera y dos rajadas) en entrevista realizada el primero de junio del 2010, nos informó que en ellas se traía vino a Zaña. Las trasladaban en barcos a los puertos del norte. Agregó que después del consumo del vino, en las casas de Zaña las usaban como vasija para guardar el agua y que la conservaba fresca. La parte inferior de la tinaja se hundía en la tierra del corral para mantenerla fija. También dijo que ella ya no las empleaba porque tenía actualmente un depósito de plástico grande. La señora Suárez proporcionó una de sus botijas al Museo Afroperuano.
Nuestra hipótesis es que dicha botija fue confeccionada a fines del siglo XIX o comienzos del XX.
Las medidas de las botijas de barro encontradas en Zaña se aproximan a las que son descritas por Tompkins. Solamente hay que agregar que el espesor de las botijas es de dos centímetros a dos centímetros y medio, lo cual permite que no se filtre el licor y pueda conservarse. Dichas botijas eran resistentes. También describe la señora Suárez que en la parte superior tenían una tapa. Es decir, se transportaba el licor en vasijas totalmente cerradas.
En el Museo Afroperuano está en exhibición la copia de una antigua fotografía de Eugene Courret (8) , del siglo XIX en donde se ve a un afrodescendiente echando un líquido sobre una larga botija cónica en una casa limeña.
Todos los testimonios coinciden en señalar que el tambor de botija se usaba hasta las primeras décadas del siglo XX. A nuestro criterio el proceso de extinción se explicaría por los siguientes factores: a) El envase y traslado del vino de las zonas de producción hacia los consumidores tuvo una modificación. Las botijas de barro fueron cambiadas por botellas de vidrio y b) luego en las zonas rurales de la costa, el uso de las botijas cónicas para guardar agua fue cambiado por depósitos o baldes de plástico de diversos tamaños.
Es probable que las tinajas de barro cocido, (con las características mencionadas) tengan su origen en las campiñas en donde se preparaba vino y pisco, en la costa peruana.

La reconstrucción del tambor de botija
Son varios los instrumentos musicales de los afrodescendientes que se han extinguido. Es un desafío su rescate, revaloración y difusión.
Coinciden varios autores en precisar que las botijas que se usaban para la percusión, eran “desfondadas” en la parte inferior. Debemos tomar en cuenta, que por su forma cónica dicha parte era de diámetro más pequeño.
Investigadores del Museo Afroperuano de Zaña conjuntamente con los jóvenes Carlos Urbina Romero y Enmanuel Briones Balcázar(9) lograron reconstruir dos tambores de botija(10).
Los materiales o elementos que se requieren para la reconstrucción del tambor de botija de barro son cinco.
1) La botija de barro. Algunos sostienen que dicha vasija se hacía con “barro cocido”, otros sostienen que se trata de arcilla. Es cuestión que algún especialista examine el material.
2) El cuero de ganado. En el caso de Zaña se ha reconstruido usando cuero de chivo que fue secado al sol. Primero se echa sal encima y se clava los extremos del cuero sobre una pared, a fin “que le caiga el sol y se seque” durante dos o tres semanas según explicaron los vendedores de cuero. La confección del tambor se ha hecho conservando los pelos. Según nos informaron gradualmente se irá pelando hasta quedar el cuero solo. Luego de la experiencia de confección se recomienda que se use cuero “de chivo viejo”. Se ha verificado que el uso de cuero de animal tierno, sencillamente se raja al ser percutido, ya que el borde del cuero puede abrirse por la fricción con el barro cocido.
3) Tres aros de fierro. Fueron preparados con varillas largas de fierro que luego fueron llevadas al herrero conjuntamente con la botija y el cuero. Dichas varillas las transformaron en aros. Dos de los aros sirven para sujetar el cuero en la parte superior de la soga. El tercer aro sirve para ser colocado en la parte media de la botija. (hay que tomar en cuenta que en la mayor parte de haciendas costeñas ha habido herrerías). En el caso de la experiencia de reconstrucción de tambores se hicieron los aros en una herrería de la zona de Cayaltí (11) (dicha localidad antes fue una hacienda cañera). En la actualidad hay varios herreros independientes en dicho lugar.
4) Se utiliza soga de cabuya (vegetal), es decir sogas antiguas gruesas. Estas sogas permiten sujetar el cuero y los aros.
5) Guano o estiércol para templar los cueros. Los dos jóvenes que tienen experiencia de trabajo en el campo, utilizaron guano, panca seca de choclo y paja. Se hace brasa sobre tierra y luego se coloca encima la botija. Con el calor, el cuero se va estirando. El procedimiento es tan efectivo que en un momento se infla levemente el cuero. En esos momentos se aprovecha para jalar y templar el cuero. Se ajustan las amarras. Inclusive en el proceso de templado de cuero se puede percutir  para apreciar las variaciones del sonido.
Los dos tambores reconstruidos están en exhibición en el Museo Afroperuano de Zaña. El primero fue presentado en público el 4 de junio del 2010 en conmemoración del Día de la Cultura Afroperuana y el segundo el 10 de junio del mismo año.
Las medidas del primer tambor confeccionado son las siguientes: la boca superior tiene 42 centímetros de diámetro y la abertura inferior tiene 25 centímetros. El largo mide 67 cm.
Interrogantes
Es importante que los especialistas en etnomusicología, los investigadores de nuestra cultura afroperuana y los artistas profundicen los estudios sobre el mencionado instrumento porque quedan algunas interrogantes.
1) ¿A qué se debe la mayor potencia del sonido del tambor de botija en comparación de otros membranófonos que se percuten con las manos?
2) ¿Qué tipos de melodías se tocaban con dichos instrumentos en las diversas culturas afroperuanas de la costa?
3) Una vez ya construido el tambor de barro no es fácil transportarlo, por su peso. Además se corre el peligro que se caiga y se quiebre. Es decir, queda la interrogante de ¿si solamente servía para ser usado en lugares fijos y no para desplazamientos, marchas o comparsas?
4) Además de las seis localidades mencionadas ¿en que otras partes del país se percutía el tambor de botija?
Respecto al probable uso musical del mencionado instrumento en los nuevos tiempos, quedan varias interrogantes para los especialistas en la materia y los artistas de la percusión. Por ejemplo: ¿Será posible que el tambor de botija, pueda ser usado por las nuevas generaciones? ¿Podría ser usado conjuntamente con los instrumentos modernos? ¿Qué impactos generaría su potente sonido?
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Notas:
(1) Romero Fernando. “Instrumentos Musicales en la Costa Zamba”, en Revista “Turismo”. Touring Automóvil Club Peruano. Lima. Marzo 1939. Año XIV. Nro 137. El texto hace referencia al Mercurio Peruano. Probablemente corresponda a la publicación del 19 de junio 1791. Esto último falta verificar.
(2)Podría denominarse “repicador”.
(3) Nicomedes Santa Cruz, “Su Majestad el Cajón”, El Comercio. Lima 1970, dominical (14 Diciembre1969; 15 de marzo 1970; y 3 de mayo 1970) según la referencia a Santa Cruz (sobre el tambor de botija), que hace Tompkins en su tesis p. 79.
(4)Tompkins, William David. “Las tradiciones musicales de los negros de la costa del Perú”. Tesis doctoral. 1981. Traducción al español de Raquel González Paraíso y Juan Luis Dammert E. Lima-Perú. CEMDUC. Centro de Música y Danza de la PUCP. 1982, p 78-79
(5)Comunicación de Chalena Vásquez al Museo Afroperuano el 8 de junio del 2010.
(6)Rocca Luis. La Otra Historia, Memoria colectiva y canto del pueblo de Zaña. Lima-Perú. Servicios Gráficos Aúrea S.R.L. (Instituto de Apoyo Agrario) 1985. p 276. (La entrevista fue realizada en 1975, pocos años después la señora Rosa Campaña que vivía en la calle Independencia falleció).
(7)Entrevista a doña Concepción Suárez Romero, el 1ro de junio del 2010 en su domicilio en la calle Independencia en Zaña-Chiclayo.
(8)Eugene Courret de nacionalidad francesa fue uno de los precursores de la fotografía en el Perú. En la segunda mitad del siglo XX hizo varios registros fotográficos de afrodescendientes. En uno de ellos se encuentra la imagen de la botija cónica. El original se encuentra en la Biblioteca Nacional del Perú. Una copia está en exhibición en el Museo Afroperuano de Zaña.
(9)Los dos jóvenes Carlos Urbina y Enmanuel Briones realizan trabajo rural, es decir tienen raíces campesinas y son familiares de destacados artistas de Zaña. Carlos es nieto de Medardo Urbina Sánchez conocido como “Tana” y Enmanuel es sobrino de Hildebrando Briones uno de los mejores decimistas del norte del Perú. El padre de Enmanuel es músico también. La sabiduría del trabajo de campo y la tradición artística son elementos que han contribuido mucho para que los dos jóvenes puedan contribuir a reconstruir el tambor de botija. Estos factores son importantes para valorar los conocimientos de los pobladores rurales.
(10)El proceso de reconstrucción ha sido registrado en tres videos por Giselle Burga Polo y Javier Exposito,en junio del 2010 y ha sido difundido a través de los sitios virtuales del Museo Afroperuano y en Youtube.
(11)En las principales haciendas de la costa peruana, había un espacio o local dedicado a la sección mecánica o herrería. En el caso de Cayaltí que está a poca distancia de Zaña, había una hacienda de mucha importancia. En la actualidad Cayaltí es un distrito. Actualmente hay varios herreros y soldadores Dos de ellos con mucha habilidad y destreza hicieron los aros.

Se puede ver el proceso de reconstrucción y escuchar el sonido del tambor de botija en los siguientes videos:
Video 1: Reconstrucción del tambor de botija
Video 2: Sonidos del Tambor de Botija
Video 3: Tambor de botija y jarana





Danny Rivas y Carlos Urbina percuten los tambores de botija que fueron reconstruidos. Foto: S. Arteaga



Jarana en Zaña con tambores de botija. Foto: S. Arteaga



Escuchando el  sonido de los tambores de botija. Foto: S. Arteaga

lunes, 14 de junio de 2010

PRIMICIA


ESCUCHA EL TAMBOR DE BOTIJA
TRES VIDEOS (RECONSTRUCCIÓN DEL TAMBOR, SONIDOS Y JARANA EN ZAÑA)
Ver videos en los siguientes enlaces:

VIDEO PARTE 1

VIDEO PARTE 2

VIDEO PARTE 3

La realización de los videos ha sido posible gracias a 1frameproducciones, una joven productora hispanoperuana, creada en 2006 en Madrid-España, pero que actualmente está instalada en el Perú para promocionar la cultura de nuestro país. Muchas gracias a Gisella Burga Polo y Javier Expósito Martín por este importante trabajo. Mayor información de la productora en el siguiente blog:

1frameproducciones.wordpress.com
Para contactos escribir a email: 1frameproducciones@gmail.com

Algunas escenas de la jarana que produjo el tambor de botija en Zaña

Jarana en Zaña: Bailando al rítmo del tambor de botija. Foto: S.Arteaga


El tambor de botija tiene el sonido más potente. Foto: S.Arteaga

viernes, 11 de junio de 2010



CON TAMBORES SE INAUGURÓ EL CAMPEONATO MUNDIAL DE SUDÁFRICA 2010, DESDE ZAÑA (CHICLAYO, PERÚ) SALUDAMOS Y NOS CONECTAMOS CON EL ÁFRICA CON NUESTROS TAMBORES DE BOTIJA RECIENTEMENTE RECONSTRUIDOS.


Carlos Urbina (izquierda)  conjuntamente con Daniel Rivas (derecha) tocan tambores de botija de barro mientras jóvenes y
niños escuchan su sonido (ayer 10 de junio 2010). Foto: S.Arteaga

martes, 8 de junio de 2010

TAMBOR DE BOTIJA

NOTA DE PRENSA

 MUSEO AFROPERUANO DE ZAÑA RECONSTRUYE ANTIGUO TAMBOR DE BOTIJA QUE TIENE EL SONIDO MÁS POTENTE  
El Museo Afroperuano de Zaña (Chiclayo), logró reconstruir el tambor de botija (de barro cocido) cubierto con cuero de chivo, que se percute con las manos y es de mucho mayor sonoridad que los tambores modernos de madera. Según diversas fuentes escritas y tradiciones orales se había extinguido aproximadamente entre los años 20 y 30 del siglo XX.
Dicho tambor lo tocaban los afrodescendientes desde el siglo XVIII en Lima en la cofradía de negros bozales según el especialista William Tompkins. Relatos orales de su uso fueron registrados por Tompkins en Chincha, por Nicomedes Santa Cruz en Chancay y por el Museo Afroperuano en Zaña. Otras versiones  indican que también este instrumento se tocaba en Cañete y Nazca.
Investigadores del Museo Afroperuano conjuntamente con dos jóvenes de Zaña, Carlos Urbina y Enmanuel Briones con muchas habilidades por su trabajo en las campiñas lograron la reconstrucción del tambor luego de un gran esfuerzo. El Museo Afroperuano ha recibido ya mensajes de Tompkins, Chalena Vásquez, Tania Libertad y el Colectivo Palenke demostrando su entusiasmo por la reconstrucción del mencionado instrumento.
El tambor está en exhibición en el Museo Afroperuano de Zaña (Chiclayo) desde el 4 de junio del presente año en conmemoración del Día de la Cultura Afroperuana y sería actualmente el único en su género, disponible para su uso musical, por ello es importante su difusión y reconstrucción. Se le llama tambor de botija de barro o de cerámica. Está hecho en base a una vasija de forma cónica probablemente confeccionada a fines del siglo XIX o comienzos del siglo XX que servía primero para guardar licor (principalmente vino) y posteriormente para conservar el agua. Las medidas del tambor son las siguientes: la boca superior tiene 42 centímetros de diámetro y la abertura inferior tiene 25 centímetros. El largo mide 67 cm. En el proceso de reconstrucción se usó un cuero de chivo cubierto con sal y secado con los rayos solares. Luego el cuero cubrió la parte superior y fue templado con soguilla de cabuya y tres aros de fierro. La sorpresa mayor fue que al ser percutido con las manos se demostró que la potencia de sonido es mayor al de los tambores modernos de madera (membranófonos).
Tenía razón Tompkins, cuando informó que recogió en Chincha en la década del 70 del siglo pasado la versión de la potencia sonora del tambor de botija que se escuchaba a larga distancia. Luego precisó que en muchas partes del Perú podía hallarse hasta las primeras décadas del siglo XX. Por su parte Nicomedes Santa Cruz publicó relatos de afrodescendientes de Chancay indicando que estos tambores de barro cocido o de cerámica se tocaban directamente con las manos sobre los cueros. Un aporte importante es la versión de la forma de templar los cueros. En la década del 70 la señora Rosa Campaña, natural de Zaña comunicó que antiguamente se tocaban en “botijas grandes y les templaban cueros”.
Cabe destacar que los últimos testimonios sobre el tambor de botija se registraron en zonas rurales de la costa peruana. Es probable que en otras localidades del país se encuentren más testimonios sobre el uso del mencionado instrumento.
El Museo Afroperuano, está llevando a cabo investigaciones y trabajo de campo para el rescate y difusión de antiguos instrumentos musicales. En noviembre del 2009 inició una campaña para revalorar el “checo” que es un instrumento de percusión hecho en base al “calabazo”. Ahora empieza la difusión del “tambor de botija” de barro cocido. Es conveniente que se profundicen los estudios sobre el tema y se retome su práctica musical. Se revivirán sonidos ancestrales. Es el mensaje de nuestros antepasados. Tocar el tambor es transmitir sentimientos. Algunos visitantes que llegaron al Museo el 4 de junio, se sorprendieron del sonido y dijeron que el cuerpo se estremecía y latía más fuerte el corazón.

Zaña, Chiclayo-Perú, 8 de Junio 2010.
DIRECCION DEL MUSEO AFROPERUANO

NOTA:
Mayor información comunicarse con museoafroperuano@yahoo.es Teléfonos: 074-265346/431042/01-989968078
Web: http://www.museoafroperuano.com/
Blog: amigosmuseoafroperuano.blogspot.com

Fotos del proceso de reconstrucción del tambor de botija

La Señora Concepción Suarez Romero de 84 años de edad proporcionó al Museo Afroperuano la botija de barro para la reconstrucción del tambor. Ella confirmó que  la botija era usada para guardar y transportar vino.  Aquí con Enmanuel Briones joven zañero que colaboró en su reconstrucción. Foto: S.Arteaga

   
Carlos Urbina y Enmanuel Briones con la botija de cerámica que se convertirá en tambor en los jardines del Museo.
 Foto: S. Arteaga

 Emanuel Briones coloca los aros o soportes a la botija de barro. Foto: S.Arteaga
   
Colocando el cuero de chivo y las sogillas a la botija de cerámica. Foto: S.Arteaga

Carlos Urbina y Emanuel Briones pasan las sogillas y templan el cuero. Foto:S.Arteaga

Temblando el cuero con fuerza. Foto: S.Arteaga


Haciendo brasa para colocar la botija encima y templar el cuero. Carlos Urbina, Emnauel Briones y Alejandro Briones
ajustando al máximo las sogillas para templar el cuero. Foto: S.Arteaga

Colocando la botija encima de la brasa. Con el humo se procederá a templar el cuero de chivo,
 una técnica ancestral. Foto: S.Arteaga

Templando el cuero con el humo de la brasa. Foto: S.Arteaga

Tambor de botija de barro o cerámica lista. Foto: S.Arteaga

Gaspar Andonayre toca el tambor de botija. El recuerda que de niño vio tocar este tambor en Zaña. Foto: S.Arteaga

Carlos Urbina nieto de Medarno Urbina "Tana" (destacado artista zañero)
 saca diversas melodías con el tambor de botija. Foto: S.Arteaga

viernes, 4 de junio de 2010

TAMBOR DE BOTIJA CON CUERO DE CHIVO ES EL INSTRUMENTO DE PERCUSIÓN DE MAYOR POTENCIA DE SONIDO EN EL PERÚ

El Museo Afroperuano de Zaña ha logrado reconstruir el tambor de botija de barro o cerámica cubierto con cuero de chivo, que usaban los afrodescendientes en la costa peruana desde el siglo XVIII hasta las primeras décadas del siglo XX. Tenía razón William Tompkins, cuando en su tesis reproduce el testimonio de un poblador chinchano quien le dijo en la década del 70 del siglo pasado que el tambor de botija se escuchaba antiguamente en la Hacienda San José de Chincha a cientos  de metros  de distancia.
En el Museo Afroperuano hemos logrado reconstruir el tambor de botija que ya estaba en extinción. En estos momentos sería el primer instrumento membranófano de botija de barro o cerámica, rescatado del olvido.
Llama la atención que el tambor de botija tenga más sonoridad que los tambores de madera modernos.
Sobre el antiguo instrumento de percusión hizo referencia William Tompkins, en su tesis, precisando que según algunas fuentes escritas de viajeros en el siglo XVIII existió el tambor de botija. Pero también Nicomedes Santa Cruz hizo investigaciones al respecto e indicó que en el valle de Chancay simultáneamente se tocaban dos botijas de barro.
En Zaña en el libro "La Otra Historia" (Rocca, Luis 1985) se reproducen versiones de antiguos zañeros que informaron que los artistas populares de antaño usaban botijas cubiertas con cuero de chivo en las jaranas de las primeras décadas del siglo XX. Es decir, se combinaba el toque de botija con el toque de checo.
A partir de esos relatos desde los primeros días de Mayo del 2010 investigadores del Museo Afroperuano con dos jóvenes de Zaña consiguieron una antigua botija (que servía para guardar licor) y de acuerdo a las explicaciones legadas por los antiguos afroperuanos de la costa, se empezó a reconstruir el instrumento.
Primero se consiguió un cuero de chivo al cual se le echó abundante sal y se templó en una pared hasta lograr que se seque, siguiendo costumbres locales. Posteriormente se colocó el cuero en la boca superior de la botija. En la parte inferior se hizo una abertura redonda, según explicación de los estudios de especialistas como Nicomedes Santa Cruz y Tompkins. Luego se templó el cuero con sogillas de cabuya.
Nuestra sorpresa fue mayor cuando dos jóvenes zañeros empezaron a percutir el instrumento. Ellos fueron Carlos Urbina y Enmanuel Briones. Para recuerdo de todos Carlos Urbina es nieto del famoso Medardo Urbina "Tana" uno de los mejores percusionistas del norte del Perú ya fallecido.
Hoy 4 de junio ya se puso en exhibición en el Museo Afroperuano de Zaña el tambor de botija. Justo en homenaje a Nicomedes Santa Cruz, que es la fecha de su cumpleaños y fecha de celebración de la "cultura afroperuana". Según nuestro recorrido por la costa peruana sería el único tambor de botija que se encuentra en condiciones de ser percutido. Ya los afrozañeros están "probando" y escuchando su sonido. Reconocen que sirve para buenas jaranas. Y confirman que es el más potente de todos los instrumentos que han escuchado hasta hoy.
Con estas líneas queremos reconocer los aportes de Tompkins sobre la música afroperuana y particularmente de los instrumentos musicales. Reconocemos también los aportes de los antiguos afroperuanos de Lima, Chancay, Chincha y Zaña que nos legaron tan importante legado cultural.
Agradecemos también a Chalena Vásquez que hizo entrega al Museo Afroperuano de copia de la traducción en castellano de la obra de Tompkins.
En nuestra exhibición estamos presentando también la marimba, la carrasca (de caña de guayaquil), cañas gruesas que se percuten en el suelo, guiros, checos y también algunas angaras. Estas últimas las hemos diseñado siguiendo el modelo de la colección de Jimenez Borja, que se encuentra en el Museo de Arte Popular del Instituto Riva Aguero de Lima.
Desde Zaña este rincón de las Américas seguimos trabajando por la cultura afroperuana y de la diáspora. Que el sonar del tambor de botija sea un saludo espiritual y religioso a todos los hermanos y hermanas afrodescendientes del continente americano y el Caribe.

FELIZ DIA DE LA CULTURA AFROPERUANA
Zaña-Chiclayo,Lambayeque, 4 junio 2010


jueves, 3 de junio de 2010


ANTIGUOS INSTRUMENTOS MUSICALES

En homenaje al día de la cultura afroperuana (4 de junio) se  exhibirán en el Museo Afroperuano antiguos instrumentos musicales. La reconstrucción de los instrumentos musicales ha sido realizado  por jóvenes de Zaña en base a  las investigaciones  de William Tompkins (The Musical Traditions of the Blacks of Coastal Perú), los estudios de Nicomedes Santa Cruz e investigaciones del Museo Afroperuano, basados en la tradición oral.

 El equipo de investigación del Museo Afroperuano trabajó durante varias semanas con los jóvenes de Zaña para reconstruir y poner en valor antiguos instrumentos musicales. Estas actividades se realizaron en las instalaciones del Museo y se enmarca dentro de las labores de rescate y revaloración de instrumentos musicales.

1. TAMBOR DE BOTIJA DE BARRO O CERÁMICA CUBIERTO CON CUERO DE CHIVO:

Tompkins recoge relatos de cronistas viajeros que anotan que en el siglo XVIII se usaba el tambor de botija.  Asimismo recoge testimonios de pobladores que señalan que  este instrumento musical se tocaba en la hacienda San José-Chincha-Ica. Por su parte Nicomedes de Santa Cruz precisa  que se tocaba en el norte chico. Según la tradición oral en Zaña también se tocaba el tambor de botija en el norte.
Carlos Urbina toca el tambor de botija de barro que elaboró
conjuntamente con Manuel Briones (quién sujeta la botija).
Foto: S. Arteaga

2. LA MARIMBA:
Este instrumento musical se tocaba en la costa norte del Perú. La marimba aparece en las imágenes que el Obispo Martínez de Compañon mandó a pintar en el Siglo XVIII.

Dibujo de Martínez Compañon. Lámina Nº142 ("Negros tocando marimba")

Tal como se aprecia en esta imagen de Martínez de Compañón este instrumento es ejecutado por afrodescendientes.
Tomando como modelo la marimba de Esmeraldas-Ecuador, que fue obsequiado por la madrina del Museo Katia Ubidia  (Municipalidad de Esmeraldas-Ecuador), jóvenes zañeros construyeron una marimba con tablas de chonta y resonantes de cañas de guayaquil.


Carlos Urbina constructor de marimba. Aquí pasando la sogilla a las tablitas de chonta.Foto: S. Arteaga 


3. LA CARRASCA:
Elaborado en base a cañas de guayaquil. Según Nicomedes Santa Cruz es un instrumento musical de tipo dentado o ranurado, cuyo origen se puede atribuir tanto a la América precolombina como al África.

Emanuel Briones tocando la carrasca con peine. 
 Construyó la carrasca con cañas de guayaquil. Foto: S. Arteaga


4. GÜIRO:
 Elaborado de calabaz0. Nicomedes de Santa Cruz señala que el güiro es un calabazo alargado que se toca con una varilla de metal. Por su parte la etnomusicóloga Chalena Vásquez indica su presencia en el Perú data del siglo XVIII, usado por la población afrodescendiente.

Emanuel Briones y Carlos Urbina construyeron güiros de diversos tamaños. Foto: S.Arteaga

5. EL "CHECO":
Instrumento de percusión de calabaza. Se caracteriza por tener forma esférica u ovalada. Se le hace una abertura en un costado y se convierte en un instrumento de buena resonancia(Rocca, Luis. Renace el "checo", 2009)

Percutiendo "checos" de diversos tamaños. Foto:S.Arteaga

6. LA  ANGARA:
Instrumento de calabaza, redondo, más grande que el checo y con abertura en la parte posterior.


Fotos de ensayos para la presentación con instrumentos antiguos


 
Tocando el "checo" y la carrasca. Ensayos antes de la presentación. Foto: S.Arteaga


Tocando tambor de botija. Foto: S. Arteaga



Cantando "ZAÑERITO SOY" acompañado con carrascas hechas de cañas de guayaquil. Foto: S. Arteaga

El difícil arte de tocar la marimba. Intentando sacar algunas melodías. Foto: S. Arteaga